Israel se mantiene al margen guerra de Ucrania y el batallón AZOV tiene mucho que ver





 El Batallón Azov opera como una empresa para la guerra. Tiene su página de reclutamiento donde ensalza la gloria de sus muertos en la campaña del Donetsk. Su símbolo es el Wolfsangel, de inconfundible linaje nazi y prohibido en Alemania. Llamado igual que el mar cercano donde nació al este de Ucrania, tiene una fama temible de la que no puede ufanarse el ejército regular que intenta repeler la invasión rusa. El Departamento de Estado de EE.UU lo calificó como "grupo de odio nacionalista" y en eso coincide bastante con Vladimir Putin. Es un mosaico de jóvenes cautivados por la ultraderecha, nostálgicos de la Alemania hitlerista, barrabravas de clubes ucranianos, todos amalgamados ahora para defender su territorio de las tropas enviadas desde Moscú. Adiestran a inexpertos en el uso de armas, pero también reclutan a militares curtidos. No son improvisados y sí el presidente ruso habló de desnazificar a su país vecino, se refería sin duda a ellos.



No son los únicos en esta disparada a tomar los fusiles Kalashnikov o usar bombas Molotov convocados por el presidente ucraniano Volodimir Zelenski. El exdiputado popular de Ucrania, Semyon Semenchenko, convicto por contrabando de armas, lideraba una formación paramilitar, bajo la apariencia de una empresa militar privada

Así es como en mayo del 2014 nace el Batallón Azov. En la ciudad de Járkov, el gobierno de Ucrania empieza a repartir armas provenientes de Estados Unidos a los barrabravas del club FC Metalist, la “Secta 82“, y pronto se los integra a la Policía de Tareas Especiales del oblast de Zaporiyia



El gobierno interino de Oleksandr Turchínov (Poroshenko llegaría en junio) les asigna un masivo presupuesto y habilita en sus filas hasta 12.000 miembros. El grupo creció rápidamente y pasó a ser la principal fuerza de defensa de la región del Donbás, de Járkov y de la ciudad de Mariúpol, donde exitosamente repelieron una invasión rusa en septiembre del 2014.



La hazaña en Mariúpol les ganó el respeto de la población ucraniana, y ese mismo mes, ya con Poroshenko en el poder, el batallón fue incorporado a la Guardia Nacional como “Regimiento Azov”, poniéndose bajo la órbita del Ministerio del Interior del gobierno de Ucrania.



 


 

 

 

 

 

 

UCRANIA Qué es el Batallón Azov, la brigada neonazi del Ejército de Ucrania que Obama y Biden ayudaron a crearPublicado hace 2 semanas en 6 de marzo de 2022Por Redacción Europa

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El grupo nació de las barrabravas de equipos de fútbol ucranianos y con miles de millones de dólares en subsidios desde Estados Unidos se convirtieron en la división más importante de la Guardia Nacional de Ucrania.





Corría el año 2014 y Putin daba su primer paso militar en Ucrania. Pocos meses antes, el gobierno de Barack Obama había incitado una revolución en el país para forzar la renuncia del presidente pro-ruso Víktor Yanukóvich, quien sería reemplazado por el infame Petro Poroshenko.


Como en Libia o Túnez unos años antes, Obama a través de su Departamento de Estado había logrado otro cambio de régimen en un país fuera de la esfera de influencia de Estados Unidos, y había puesto a un títere de la Casa Blanca en el poder.



Pero a diferencia de lo ocurrido en África, Rusia no dejaría pasar esta movida propia de la Guerra Fría. El 20 de febrero de ese año, Putin ordenaba una operación militar sobre la península de Crimea y sobre la región del Donbás.


Estados Unidos no quería que las Fuerzas Armadas de Ucrania se involucraran en un combate directo con las tropas rusas, con el fin de desescalar la situación y evitar una invasión a gran escala como estamos viendo hoy. Esto llevó a que el Pentágono diagramara una defensa ucraniana con grupos paramilitares que pudieran iniciar una brutal y sanguinaria guerrilla contra Rusia.


Así es como en mayo del 2014 nace el Batallón Azov. En la ciudad de Járkov, el gobierno de Ucrania empieza a repartir armas provenientes de Estados Unidos a los barrabravas del club FC Metalist, la “Secta 82“, y pronto se los integra a la Policía de Tareas Especiales del oblast de Zaporiyia.



 

El gobierno interino de Oleksandr Turchínov (Poroshenko llegaría en junio) les asigna un masivo presupuesto y habilita en sus filas hasta 12.000 miembros. El grupo creció rápidamente y pasó a ser la principal fuerza de defensa de la región del Donbás, de Járkov y de la ciudad de Mariúpol, donde exitosamente repelieron una invasión rusa en septiembre del 2014.


La hazaña en Mariúpol les ganó el respeto de la población ucraniana, y ese mismo mes, ya con Poroshenko en el poder, el batallón fue incorporado a la Guardia Nacional como “Regimiento Azov”, poniéndose bajo la órbita del Ministerio del Interior del gobierno de Ucrania.



 

Desde entonces, el grupo tendría el total apoyo del Estado ucraniano. Dentro de la aprobación del presupuesto anual que se vota en el Parlamento, el Regimiento aparece en un apartado especial con una cantidad de dinero asignada como parte del gasto militar oficial del gobierno.


Pero la cadena de pagos que le llega al Regimiento Azov es incluso más compleja. Entre 2014 y 2019, el gasto militar ucraniano fue en un 60% subsidiado por Estados Unidos y la Unión Europea, entre subsidios directos, garantías de préstamos y envío de armas y tecnología. Una buena parte de esto llegaría a las manos de los Azov.


En síntesis, Obama, un presidente afroamericano que denunciaba a sus opositores de neonazis y supremacistas blancos, inició un sistema de subsidios para bancar la estructura de un batallón constituido por neonazis de verdad.


Batallón Azov: La principal fuerza neonazi del mundo

El grupo no oculta su antisemitismo y su culto al simbolismo nazi. Su bandera tiene el emblema Wolfsangel, utilizado por las SS alemanas, y de hecho sus miembros aseguran ser los descendientes directos de las fuerzas paramilitares de Hitler.


A su vez, sus miembros aseguran estar peleando contra “judíos de etnia rusa” en las ciudades de Donetsk y Lugansk, y que las ideas separatistas para unirse a Rusia “se basan en una conspiración judía para destruir a Ucrania“.


Esto resulta falso incluso desde un punto de vista demográfico. Entre las 6 millones de personas que viven en la región del Donbás, solo 50.000 pueden considerarse judíos, menos del 1%.


Su ideología neonazi no es casualidad. El grupo tiene sus orígenes en pandillas criminales y en los ultras del mundo del fútbol, que en Europa tienen una larga trayectoria asociada a lo skinheads y a los neonazis. Además, cuando se les asignó un presupuesto, abrieron la posibilidad de que personas de cualquier parte del mundo viajen al Donbás a entrenar y ser parte del Batallón.


Neonazis de todo el mundo viajan a Ucrania, se entrenan con el Batallón Azov y vuelven a sus países radicalizados, una situación similar a los musulmanes que viajaban a Siria para entrenarse con ISIS, pero en este caso con el aval de la OTAN y el G7


Hay videos de miembros del Batallón Azov crucificando personas, que por cuestiones de sensibilidad del lector no vamos a compartir pero son fáciles de encontrar hasta en YouTube, otros de arrestos arbitrarios donde rusos son llevados a cárceles en condiciones inhumanas solo comparables a los campos de concentración de la Alemania Nazi.


En el 2018 40 parlamentarios estadounidenses votaron un proyecto de ley que prohíbe cualquier apoyo militar AZOV por ser una organización neonazi y extremadamente racista, sumando informes de violación de los derechos humanos, Israel tiene AZOV en su lista negra como una organización terrorista y que difunde el antisemitismo a nivel mundial, la guerra en Ucrania ha dejado claro como aumento el odio contra los rusos y Israel, porque el presidente de Ucrania si es judío no hizo nada contra esta organización? El hombre más rico de Ucrania es a su vez el que más dinero invierte en dicha organización, cualquier acción de zelensky contra AZOV prácticamente sería su fin...

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