Guerra electrónica

La Guerra Electrónica incluye cualquier acción militar sobre el espectro electromagnético y se ha desarrollado exponencialmente desde la II Guerra Mundial hasta convertirse en un elemento imprescindible en los actuales escenarios de conflicto. Sus actividades incluyen Ataque Electrónico, con el que se pretende reducir las capacidades de los sistemas electrónicos de las amenazas; La Protección Electrónica, orientada a oponerse a los anteriores ataques para mantener operativos los sistemas electrónicos propios, el Apoyo a la Guerra Electrónica, imprescindible para asegurar el éxito del empleo táctico de las acciones de Guerra Electrónica y la Inteligencia Electrónica, para asegurar el empleo más eficaz de los medios disponibles mediante el conocimiento de los sistemas del enemigo. La “Guerra Electrónica” de las comunicaciones o EW por sus siglas en inglés “Electronic Warfare” es el nombre que se le da a todas aquellas acciones que tienen por objetivo bloquear, interceptar o negar la comunicación de un punto transmisor a otro receptor. Se puede definir como en una actividad tecnológica y electrónica con el fin de determinar, explotar, reducir o impedir el uso hostil de todos los espectros de energía, por parte del adversario y a la vez conservar la utilización de dicho espectro en beneficio propio. La tecnología y su participación en la guerra electrónica La tecnología ha sido fundamental en la historia de la guerra, de hecho, el estribo o la introducción de la pólvora, son hitos que explican grandes transformaciones tácticas en los modos de combate. En la actualidad, gran parte de las tácticas militares dependen de las telecomunicaciones y en general de aparatos electrónicos; por lo cual, es coherente que se hayan desarrollado una serie de estrategias para anular o inutilizar los aparatos electrónicos, o por el contrario identificar a través de instrumentos electrónicos, las posiciones y movimientos estratégicos del enemigo. Cuando se habla de guerra electrónica, por sus siglas en inglés EW, se trata precisamente de estos nuevos métodos tecnológicos aplicados a la estrategia bélica. Los aparatos electrónicos y todo uso de energía eléctrica generan emisiones que pueden ser medidas en formas de calor o de emisiones electromagnéticas. El principio táctico de la guerra electrónica, implica identificar estas emisiones, y luego anularlas e interrumpirlas. Como contramedida también implica protegerse de este misto tipo de ataques. Características La guerra electrónica empezó desde la segunda guerra mundial con la introducción del radar para la detección de blancos aéreos, desde entonces este ámbito ha avanzado rápidamente desde sistemas de localización de naves enemigas como radares hasta lo más nuevo hoy en día que es la implementación de misiles guiados en aeronaves... Constituyen las acciones tomadas para interferir o reducir el uso efectivo del espectro electromagnético por parte del enemigo, así como las acciones para asegurar la eficiencia del empleo de aquel espectro por las fuerzas propias. Las operaciones de guerra electrónica son parte integrante de las operaciones militares. Ellas reducen la capacidad de comando y control de los comandantes enemigos Pone de manifiesto la carencia dentro del Comando de Comunicaciones del Ejército de tecnologías avanzadas, cuya utilización es esencial para mantener una posición de ventaja con respecto a los adversarios. La capacidad para el combate electrónico y el dominio de espectro electromagnético es un componente crucial dentro de las operaciones militares modernas. Para asegurar el éxito de las misiones, es preciso mantenerse a la vanguardia del nivel tecnológico. Mediante utilización militar de equipos electrónicos podemos llevar el combate a otros campos Como lo son las redes comunicaciones etc. En estos campos se alcanzan todos los niveles y modalidades de combate. Los equipos de comunicaciones permiten el control en tiempo real de todos los escalones de las fuerzas de combate y facilita al jefe de las mismas los datos necesarios para evaluar la situación. Las redes de radar facilitan una alerta previa de un ataque aéreo enemigo